“Yo pensaba que uno no elegía a su guru, sino que él ya estaba allí y sólo tenía que manifestarse. Y tenía incluso la vaga impresión mental de cómo era su apariencia —y no tenía cabello—. Todos los otros swamis que había conocido tenían el cabello largo. Yo había ido a ver muchos swamis y maestros, siempre con grandes esperanzas, pero al final había terminado decepcionado. Finalmente empecé a sentirme desalentado: ‘¿Cómo voy a encontrar a mi maestro perfecto?’. Pero poco después vi un cartel en el campus: ‘Bhagavad-Gita tal como es — A. C. Bhaktivedanta Swami’. Lo miré, pero estaba tan desanimado que no podía creer que él podía ser mi maestro perfecto…”.
Encontrando a mi maestro perfecto, 1° de junio, Potomac, Maryland
Leave a reply