Madhudvisa Prabhu: Una carta en separación

Madhudvisa Prabhu in Ratha-yatra LAMi querido Madhudvisa Prabhu:

En este momento estoy sintiendo mucho tu separación. Mi mente está inundada de recuerdos de nuestro servicio a Srila Prabhupada juntos, entre los que está nuestro encuentro en los últimos meses, recordando sus gloriosas cualidades y actividades.

Todas las circunstancias que rodearon tu partida fueron auspiciosas. Como era tu deseo, viviste el día del Ratha-yatra en Los Ángeles y cantaste delante de las tres carrozas. Luego, al día siguiente partiste —con una sonrisa en tu rostro—. Fuiste un gran pionero y campeón del Ratha-yatra. Durante la procesión del año pasado hablamos de la importancia de seguir las instrucciones de Srila Prabhupada con respecto a los Ratha-yatras, y en nuestro último encuentro en tu habitación en Nueva Dvaraka, hace sólo seis semanas, me contaste cómo Srila Prabhupada te envió de Juhu a Australia, y ahí tú introdujiste el Ratha-yatra:

“Yo pensé: ‘Australia parece un muy buen lugar’. Así que fui allí y fue estupendo. De inmediato decidí que debíamos tener un Ratha-yatra. Un líder dijo: ‘No, no. Tenemos todos estos libros; tenemos que vender estos libros. Tenemos un almacén entero de libros aquí’. Pero yo dije: ‘Sí, venderemos todos esos libros —no te preocupes—. Realizaremos un Ratha-yatra y haremos devotos, y todos esos devotos venderán todos los libros que podamos conseguir’.  

“Luego dije: ‘Haremos que todo el país sea un templo. El país entero cooperará, tendremos este Ratha-yatra y después venderemos libros’.

“Entonces empezamos a organizar el Ratha-yatra. ‘Se necesita dinero para el Ratha-yatra’, les dije a los devotos, ‘mucho dinero, así que colectaremos mucho dinero y lo utilizaremos para construir la carroza para el Ratha-yatra, la publicidad y todo lo demás’. Así que empezamos a colectar dinero como locos.

“Construimos un carroza grande y hermosa para el Ratha-yatra, y mientras tanto además estuvimos ahorrando dinero, porque estábamos buscando un templo. No habían templos allí, sólo dos centros pequeños, y necesitábamos un templo grande, un gran establecimiento. Me di cuenta: ‘Pero no podemos costear dos. Podemos tener uno, así que consigamos uno’. Empecé a colectar dinero para un templo. No me importaba si era en Sydney o Melbourne; eran igualmente buenos. Pero decidimos tener el Ratha-yatra en Melbourne; colectamos dinero y construimos una carroza Ratha. Melbourne era, y sigue siendo, un lugar intelectual, con varias universidades. Y hay un gran interés en la conciencia de Krishna —reciben la conciencia de Krishna con los brazos abiertos—.

“Bueno, Prabhupada decidió que yo fuera a Australia —dijo que sería una buena idea—, así que fui, y fue estupendo”.

Cuando te marchaste de Juhu, fue una pérdida para nosotros. Pero, en retrospectiva, veo que continuaste haciendo cosas aún más grandes y mejores en Australia.

Lamento profundamente haberte perdido, pero sé que te has ido a hacer un mayor servicio. Y espero que así como nos encontramos en Nueva Dvaraka, después de tu servicio en Australia y mi servicio en Bombay, reunidos en servicio a Srila Prabhupada y el Santo Nombre, nos reuniremos otra vez, en servicio a Srila Prabhupada y el sankirtana, y que nuevamente, como hermanos, saborearemos el servicio devocional bajo la guía y el refugio de Srila Prabhupada.

En separación,

Tu eterno sirviente,

Giriraj Swami

 

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