“
Mi padre siempre fue muy amoroso con todos nosotros; siempre fue nuestro bienqueriente. En todo lo que hacíamos, él estaba allí para apoyarnos. Cada vez que veníamos él quería que hiciéramos kirtan. No importaba si era sólo por cinco minutos, entonces lo hacía rápidamente. Sin importar lo que estuviera pasando en nuestras vidas, aunque estuviéramos al lado del camino con el auto descompuesto, él decía: ‘Hagamos un kirtan. Está bien, ahora hagamos un kirtan’. Creo que eso es lo que guardaré más firmemente en mi corazón —gracias a él nunca dejaré de cantar—”.
—Chai Gosai das