“El devoto sólo quiere una cosa: siempre recordar a Krishna y no olvidarle nunca —en la felicidad y la aflicción, en buena y mala salud, en la riqueza y la pobreza—, y en ese estado de recuerdo se encuentra satisfecho. No quiere decir que cuando uno se convierte en devoto las dualidades del mundo material se detendrán; éstas continuarán. Cuando nos encontramos en el mundo material el placer y el dolor, el calor y el frío, la felicidad y la aflicción, la enfermedad y la salud, es algo que ocurre continuamente. Al devoto no le interesa; sólo quiere tener la bendición de que, pase lo que pase —sin importar cuál sea la situación—, siempre pueda recordar a Krishna. Así, su sentimiento es: ‘Que venga lo que venga’. Este estado puede lograrse a través de la gracia del guru y de Krishna”.
La más grande bendición, 9 de noviembre, Phoenix, Arizona
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