Monthly Archives: December 2014

Los misericordiosos devotos del Señor, 25 de diciembre, Bhaktivedanta Manor, Londres

12.25-14_LondonGiriraj Swami leyó y habló del Sri Caitanya-caritamrta, Madhya-lila, capítulo 15.

“Srila Vasudeva Datta sabía muy bien que Sri Caitanya Mahaprabhu era la Personalidad de Dios original, la Realidad Trascendental misma, situada por encima de los conceptos materiales de la ilusión y de maya. Ciertamente, el Señor Jesucristo, por su misericordia, acabó con las reacciones pecaminosas de sus seguidores, pero eso no significa que les liberase por completo de los tormentos de la existencia material. Una persona puede ser liberada de sus pecados una vez, pero lo que hacen los cristianos es confesar sus pecados para luego cometerlos de nuevo. No es posible liberarse de los sufrimientos de la existencia material liberándose de los pecados para incurrir de nuevo en ellos. Una persona enferma puede ir al médico en busca de alivio, pero, una vez que sale del hospital, puede infectarse de nuevo debido a sus hábitos impuros. Así continúa la existencia material”. (Cc Madhya 15.163, significado)

Giriraj Swami: “Tenemos la misma tendencia: a abusar de las disposiciones de las Escrituras, a cometer pecados respaldándose en el canto del Santo Nombre, lo cual es ofensivo. Cometemos transgresiones, ya sea a nivel sutil o burdo, y pensamos que como somos devotos y cantamos los santos nombres no tendremos que sufrir las reacciones. Así, después de adoptar el proceso de la conciencia de Krishna, de entregarnos al maestro espiritual y de liberarnos de las reacciones pecaminosas, debemos ser muy cautelosos y no incurrir de nuevo en lo mismo. La mejor protección es mantener la compañía de devotos puros. De lo contrario, si nos alejamos de su compañía y nos dejamos influenciar por otras personas, por gente materialista —el hombre es un animal social—, podemos caer al ser afectados por sus ideas diferentes. Tenemos que aferrarnos a la compañía de devotos, y desde esa posición de fuerza podemos salir y ayudar a los demás”.

Conmemorando el día de la desaparición de Srila Jiva Goswami, 24 de diciembre, Londres

Srila_Jiva_GosvamiHoy es el día de la desaparición de Srila Jiva Goswami, uno de los seis Gosvamis de Vrndavana, discípulos directos del Señor Chaitanya. Srila Prabhupada escribe: “Srila Jiva Gosvami escribió por lo menos veinticinco libros. Todos ellos son muy célebres… Tras la partida de este mundo de  Srila Rupa Gosvami y Sanatana Gosvami, en Vrndavana, Srila Jiva Gosvami fue el acarya de todos los vaisnavas de Bengala, Orissa y el resto del mundo, y era él quien les guiaba en el servicio devocional. En Vrndavana estableció el templo de Radha-Damodara, donde tuvimos la oportunidad de retirarnos a vivir desde 1962 hasta 1965, cuando decidimos ir a los Estados Unidos de América”. (Cc Adi 10.85, significado)

En Londres estoy alojado en la casa de Ramanuja dasa, Shyama Sakhi dasi y su hijo Varun. En Vrindavan, Varun hizo servicio para restaurar y preservar las cuentas de rosario de Srila Jiva Gosvami (japa-mala), y en reciprocidad, el Goswami en posesión de las cuentas le dio una a Varun. Hoy canté japa en esa cuenta, recordando las excelsas cualidades, actividades —y amor— de Srila Jiva Goswami. Y en respuesta a una oración a él, sentí que me instruyó: “Sólo sirve a tu Gurudeva. Obtendrás todo mediante el servicio a tu Gurudeva”.

Srila Prabhupada escribe en su significado en el Sri Caitanya-caritamrta (Antya 4.71): “En el Bhakti-sandarbha (270), Srila Jiva Gosvami da las siguientes indicaciones: ‘El canto del santo nombre es el principal método para obtener amor por Dios. Ese canto o servicio devocional no depende de ninguna utillería externa, ni de haber nacido en buena familia. Con la humildad y la mansedumbre se atrae la atención de Krsna. Ése es el veredicto de todos los Vedas. Por lo tanto, si nos volvemos muy mansos y humildes podremos alcanzar fácilmente los pies de loto de Krsna en esta era de Kali. Esa es la culminación de todos los grandes sacrificios, penitencias y austeridades, porque cuando se obtiene amor extático por Dios, se alcanza la perfección completa de la vida. Por consiguiente, todo lo que se haga en el desempeño del servicio devocional debe ir acompañado del canto del santo nombre del Señor’”.

Hare Krishna.

—Giriraj Swami

Segunda iniciación, 14 de diciembre, Carpintería, California

12.14.14 1 Carp_En esta ceremonia, Tulasi Manjari dasi recibió la segunda iniciación de Giriraj Swami, quien leyó y habló de la Bhagavad-gita 14.26.

“Srila Prabhupada decía que en otras concepciones, los adoradores piensan en Dios como el padre, y que la naturaleza de los hijos es tomar servicio del padre: ‘Necesito esto’, o ‘Quiero lo otro’. Pero en la concepción Bhagavata, Dios se convierte en hijo del devoto. El devoto, en vez de pensar: ‘Oh Dios, Tú eres mi padre. Tengo muchas necesidades y deseos, y tienes que cumplirlos’, piensa: ‘Oh Krishna, Tú eres mi hijo. Tengo que alimentarte, de lo contrario tendrás hambre’. Es un proceso muy elevado y sublime, parte del proceso de bhakti-yoga, que nos ha sido transmitido de Sri Chaitanya Mahaprabhu a través de Rupa Goswami y otros acharyas”.

12.14.14 2 Carp_ 12.14.14 3 .Carp_ 12.14.14 4 Carp

Cuanto más distribuímos, más obtenemos , 1⁰ de diciembre, Nueva Dvaraka, Los Ángeles

SPinPark“Los miembros del movimiento para la conciencia de Krsna no tienen el menor interés en la supuesta meditación en los Himalayas o en el bosque, donde la meditación no es más que una pantomima, ni en abrir muchas escuelas de yoga y meditación en las ciudades. Por el contrario, el interés de todo miembro del movimiento para la conciencia de Krsna es ir de puerta en puerta para tratar de convencer a la gente de las enseñanzas de la Bhagavad-gita tal como es, es decir, de las enseñanzas del Señor Caitanya. Ése es el objetivo del movimiento Hare Krsna. Los miembros del movimiento para la conciencia de Krsna deben estar plenamente convencidos de que sin Krsna no se puede ser feliz. De ese modo, la persona consciente de Krsna evita a toda clase de falsos espiritualistas, trascendentalistas, meditadores, monistas, filósofos y filántropos”.

 Srimad-Bhagavatam 7.9.44, significado

Día de la desaparición de Srila Bhaktisiddhanta — Él vive para siempre

SBSTHoy es el día de la desaparición de Srila Bhaktisiddhanta Sarasvati Thakura, el maestro espiritual de nuestro Srila Prabhupada. Como Srila Prabhupada nos explicó: “Srila Bhaktisiddhanta Sarasvati Thakura vino a este mundo para llevar a cabo la misión de Caitanya Mahaprabhu. Él llevó a cabo su misión, y cuando tuvo que irse, partió a otro lugar para realizar la misma labor”.

Srila Bhaktisiddhanta instruyó a Srila Prabhupada en Radhakund: “Tuve el deseo de imprimir algunos libros. Si alguna vez tienes dinero, imprime libros”.

Y en la dedicatoria a su traducción del Srimad-Bhagavatam, Srila Prabhupada escribió: “A Srila Prabhupada Bhaktisiddhanta Sarasvati Gosvami Maharaja, mi maestro espiritual… Él vive para siempre a través de sus instrucciones divinas, y el seguidor vive con él”.

Ellos están juntos eternamente, y por su gracia, nosotros también podemos vivir con ellos.

—Giriraj Swami

Saboreando y distribuyendo la conciencia de Krsna

Devotee_Distributing_Books El 1⁰ de diciembre, en Nueva Dvaraka, Los Ángeles, ofrecí una charla acerca de saborear y distribuir la conciencia de Krsna, con respecto a la maratón de distribución de libros de Diciembre. La traducción es la siguiente:

Hemos llegado nuevamente al mes de diciembre, la época más propicia del año, en la que se lleva a cabo la maratón de distribución de libros. En honor a la ocasión leeremos dos versos del Srimad-Bhagavatam, que plasman el sentimiento de los devotos al distribuir la conciencia de Krsna.

naivodvije para duratyaya-vaitaranyas
tvad-virya-gayana-mahamrta-magna-cittah
soce tato vimukha-cetasa indriyartha-
maya-sukhaya bharam udvahato vimudhan

“¡Oh, joya entre las grandes personalidades!, no siento el menor temor de la existencia material, pues allí donde me encuentre estoy completamente absorto en pensar en Tus glorias y actividades. Mi única preocupación son los necios y sinvergüenzas que elaboran complicados planes para alcanzar la felicidad material y mantener a sus familias, sociedades y países. Me preocupan porque siento amor por ellos”. (SB 7.9.43)

prayena deva munayah sva-vimukti-kama
maunam caranti vijane na parartha-nisthah
naitan vihaya krpanan vimumuksa eko
nanyam tvad asya saranam bhramato ’nupasye

“Mi querido Señor Nrsimhadeva, veo que, ciertamente, hay muchas personas santas, pero su único interés es su propia salvación. Sin preocuparse de las grandes ciudades y pueblos, se retiran a los Himalayas o al bosque y hacen votos de silencio [mauna-vrata] para meditar. No tienen interés en salvar a los demás. Yo, por mi parte, no deseo liberarme solo, dejando aquí a todos estos pobres necios y sinvergüenzas. Sé que sin conciencia de Krsna, sin refugiarse en Tus pies de loto, no se puede ser feliz. Por esto deseo llevarles de nuevo al refugio de Tus pies de loto”. (SB 7.9.44)

Para distribuir la conciencia de Krsna, debemos tener conciencia de Krsna. Estos versos son acerca de Prahlada Maharaja, y de una manera también son acerca de Srila Prabhupada, quien en su significado expresa su propio sentimiento —y sobre nosotros, la manera en que Srila Prabhupada desea que practiquemos la conciencia de Krsna—. Prahlada Maharaja y Srila Prabhupada tenían un nivel muy elevado de conciencia de Krsna, pero incluso en nuestro propio nivel podemos experimentar algo de lo que ellos experimentaron, y dondequiera que nos encontremos podemos obtener alivio de las miserias materiales y ansiedades tomando refugio en el Santo Nombre. Podemos cantar con alegría en la sala del templo, en la compañía de devotos, ante las Deidades y en presencia de Tulasi-devi —pero uno puede cantar en cualquier lugar y viajando en sankirtana—. Uno puede cerrar los ojos y cantar, escuchar y dejar de estar en el mundo material —y estar realmente estar con Krsna—.

Los devotos necesitan conectarse con Krsna no sólo por su propio bien, sino además por el bien de los demás. En una ocasión, en una reunión con Srila Prabhupada en el templo de Atlanta, Svavasa Prabhu preguntó: “¿Cómo podemos incrementar nuestra devoción y nuestro deseo de distribuir más libros?”. Él y los otros devotos esperaban con vivo interés una fórmula especial para aumentar su distribución de libros. Srila Prabhupada no los miró; miró hacia arriba, y esperaron en suspenso. Finalmente dijo: “Si queréis incrementar la distribución de libros, si realmente lo deseáis, tengo una sola recomendación… Debéis cantar vuestras rondas sin interrupciones. Cuando empecéis a cantar, no os detengáis hasta terminar”. Conforme explicó Svavasa Prabhu, si ganas esa lucha, ganas todo el día, pero si pierdes y permites que tu mente te lleve a otra cosa, tendrás un día difícil.

Svavasa Prabhu aún sigue esa táctica. Se levanta a las dos de la mañana y canta todas sus rondas antes de venir al templo para mangala-arati. Hace un tiempo me quedé en la casa de Vaisesika Prabhu en Burlingame, y su programa de la mañana fue dichosamente intenso. Hizo cosas que hacemos cada día, y algunas cosas que tal vez hacemos ocasionalmente, y las hizo con tanto gusto y entusiasmo, que las prácticas se llenaron de vida. Sentí: “Eso es lo que realmente es recitar estos versos”. Más tarde hablamos sobre el libro que está escribiendo sobre la distribución de libros, y dijo que uno de los temas es que la energía para distribuir libros proviene del desborde del éxtasis que sentimos de nuestras prácticas espirituales, de nuestra propia conciencia de Krsna.

También he experimentado que si uno canta sus rondas en la mañana antes de salir, obtendrá más energía e inteligencia para su servicio, y si uno no lo hace, no sólo puede tener la energía espiritual un poco agotada, sino que además puede sentir ansiedad respecto a cuándo terminará sus rondas.

Así que esta práctica de levantarse temprano y cantar todas las rondas es una parte muy importante del proceso de compartir la conciencia de Krsna con los demás. En el verso anterior, Prahlada dice que no tiene ansiedad por sí mismo, porque dondequiera que se encuentre puede sumergirse en el océano nectáreo de la conciencia de Krsna, y eso es verdad también para nosotros. Dondequiera que vayamos podemos tener la experiencia de saborear el néctar de la conciencia de Krsna mediante el canto del Santo Nombre, mediante la lectura y estudio de los libros de Srila Prabhupada, y mediante conversaciones acerca de éstos.

Estos dos aspectos —saborear y distribuir— van unidos. Srila Bhaktisiddhanta Sarasvati Thakura dice que el mejor gosthyanandi es el bhajananandi a quien le gusta predicar. Gosthyanandi significa alguien que se complace en predicar y compartir la conciencia de Krsna con los demás, y un bhajananandi es alguien que se complace en su propio bhajana, en sus propias prácticas espirituales. Prahlada Maharaja ejemplifica este principio, ya que él puede experimentar bienaventuranza pura en cualquier lugar y en cualquier momento con sólo cantar, escuchar y recordar a su Señor. Sin embargo, no se contenta con volver a casa, de vuelta a Dios, él solo, sino que quiere llevar a los krpanan con él.

Krpana es una palabra muy significativa. Srila Prabhupada trata sobre ello en la Bhagavad-gita en relación a que Arjuna admite haber sido sobrecogido por una mezquina flaqueza.

karpanya-dosopahata-svabhavah
prcchami tvam dharma-sammudha-cetah
yac chreyah syan niscitam bruhi tan me
sisyas te ’ham sadhi mam tvam prapannam

“Ahora estoy confundido en cuanto a mi deber, y he perdido toda compostura a causa de una mezquina flaqueza. En esta condición, Te pido que me digas claramente qué es lo mejor para mí. Ahora soy Tu discípulo y un alma entregada a Ti. Por favor, instrúyeme”. (Bg 2.7)

Krpana significa “avaro”; pero, ¿cómo se aplica? Un avaro es alguien que tiene bienes, pero no los utiliza. Puede tener mucho dinero, sin embargo no lo gasta en ningún buen propósito; sólo lo atesora. Así, tenemos esta forma de vida humana que es extremadamente rara de obtener y valiosa —porque se puede utilizar para comprender a Dios—. Y si no la utilizamos para ese fin, somos krpanas, avaros.

labdhva su-durlabham idam bahu-sambhavante
manusyam artha-dam anityam apiha dhirah
turnam yateta na pated anu-mrtyu yavan
nihsreyasaya visayah khalu sarvatah syat

“Después de muchos nacimientos se alcanza forma humana de vida, que es rara de obtener y que, aunque temporal, ofrece la oportunidad de lograr la perfección más elevada. Por lo tanto, un ser humano sensato debe esforzarse inmediatamente por la perfección suprema de la vida antes de que su cuerpo, que está siempre sujeto a la muerte, perezca. Después de todo, la complacencia de los sentidos está disponible incluso en las especies más abominables de vida, mientras que la conciencia de Krsna es posible sólo para los seres humanos”. (SB 11.9.29)

Y nosotros tenemos no sólo esta forma de vida, sino además el conocimiento de la conciencia de Krsna, que es sumamente valioso, y no debemos mantener este conocimiento para nosotros mismos, sino que debemos distribuirlo.

Por supuesto, la prédica directa acerca de Krsna a veces puede ser una austeridad. Como dijo Srila Prabhupada: “Cuando se le dice a la gente ‘Abandona todo tipo de tonterías y sólo entrégate a Krsna, la Suprema Personalidad de Dios’, puede que no les agrade. Tal vez a algunas personas, pero probablemente no a la mayoría”. Cabe decir lo mismo de la distribución de libros. Puede ser una austeridad porque a las personas no les agrada el mensaje de la conciencia de Krsna. Vinieron al mundo material para ser Dios, y no quieren escuchar que otra persona es Dios y tienen que entregarse a Él. Pero si podemos lograr que se lleven un libro, el libro se los dirá. Hace algún tiempo fui a visitar a una excelente familia devota, y la madre de la madre, que se encontraba de visita proveniente de la India y era una señora piadosa muy respetuosa y apreciativa de los devotos, expresó algunas ideas impersonalistas absurdas. Pensé: “¿Qué voy a hacer?”. Estábamos teniendo una grata visita, el cumplimiento de un deseo anhelado mucho tiempo, y todos estaban muy contentos. Si yo la contradecía, podría provocar una discusión y tener un efecto negativo. Pero no podía dejar que los comentarios quedaran así.

Entonces oré a Prabhupada en mi corazón, y obtuve la respuesta: “Sólo sé cortés y agradable, y yo le predicaré; yo la corregiré”. Sin desafiar lo que la abuela había dicho, le pregunté: “¿Ha leído los libros de Srila Prabhupada?”. Y concluímos que ella comenzaría a estudiarlos con regularidad.

En estos versos encontramos palabras que Srila Prabhupada utiliza con bastante frecuencia: “necios” y “sinvergüenzas”. Si se toma el significado de krpana a su nivel más profundo, se trata de necio y sinvergüenza; y en el verso anterior vimudhan literalmente significa “necio”. En muchos lugares Krsna utiliza las palabras avajananti mam mudha, na mam duskrtino mudhah. Se encuentran en las Escrituras, pero puede que no funcionen bien si las usamos con personas que estamos tratando de atraer a la conciencia de Krsna. Y aquí es donde los libros vienen al caso. No tenemos que llamar a la gente necios y sinvergüenzas; les damos los libros, y los libros los llamarán necios y sinvergüenzas. Y necesitan escucharlo, sea en esos términos o no.

Su Santidad Swami Rtadhvaja solía distribuir libros en Centros de Bienvenida de Florida. La gente aparcaba y salía de sus autos, y en una ocasión una mujer entró al centro de bienvenida, y el esposo se quedó en el estacionamiento. Rtadhvaja Swami le entregó un Bhagavatam. “¿De qué se trata?”, preguntó el caballero. “Tiene antiguas enseñanzas sobre yoga y meditación”, respondió Maharaja. “Oh, eso suena interesante”. El hombre abrió el libro, y lo primero que leyó fue “personas… reacias al néctar de las actividades de la Suprema Personalidad de Dios… se comparan con los cerdos que se alimentan de excremento”. Y preguntó a Maharaja: “¿Qué tiene que ver eso con el yoga?”. En ese momento, su esposa salió y dijo: “Cariño, ¿qué tienes ahí? ¿De qué estáis hablando?”. “Oh, nada, cariño”, respondió y luego cerró el libro, entregó un donativo a Maharaja, y se fue con el libro, sonriendo. A pesar de que no quería que su esposa supiera que había sido acusado de ser como un “cerdo que se alimenta de excremento”, él quería leerlo.

En una ocasión, Bhurijana Prabhu, sabiendo que algunos devotos pueden ser sensibles al lenguaje fuerte, puso un breve fragmento en el que Prabhupada utilizó la palabra sinvergüenza siete veces. Y cada vez que Prabhupada utilizaba la palabra, Bhurijana iba diciendo: “La primera vez”, luego “La segunda vez”, “La tercera vez”, hasta el final. Él era consciente de lo que Prabhupada estaba haciendo, y en ese breve fragmento de tres o cuatro minutos Prabhupada había utilizado la palabra sinvergüenza siete veces, porque, sea agradable o desagradable, es lo que necesitamos escuchar.

Hay lectores que han señalado que hay repetición en los libros de Prabhupada. Según los estándares literarios comunes, no debe haber repetición, pero Prabhupada mismo dijo: “No es suficiente decir que Krsna es la Suprema Personalidad de Dios en un significado; diremos que Krsna es la Suprema Personalidad de Dios en cada uno de los significados”. Puede haber repetición y un lenguaje fuerte, pero los libros contienen todo, y si alguien es sincero obtendrá lo que necesita de éstos. Los libros han hecho a muchos devotos, que están ahora haciendo a otros devotos, y ellos continuarán haciendo devotos en el futuro.

Así que “¡Distribuid libros! ¡Distribuid libros! ¡Distribuid libros!”. Y para conseguir la fuerza para hacerlo, cantad, escuchad, sed constantes en vuestras prácticas espirituales —y leed los libros—. Como dijo Srila Prabhupada: “Distribuir mis libros mantendrá a los devotos felices, y leer mis libros los sostendrá”. Él nos ha dado todo, pero tenemos que aprovecharlo, tenemos que hacer lo que él dijo, y si lo hacemos, obtendremos los resultados y todos serán felices.

—Giriraj Swami

Ceremonia de matrimonio, 30 de noviembre, Nueva Dvaraka, Los Ángeles

Wedding_LA Nov 30Bhakti Charu Swami, Svavasa dasa y Giriraj Swami hablaron en la ceremonia de matrimonio de Sri Goloka dasa y Rupal Parekh.

“Los semidioses oran: ‘Gayanti devah kila gitakani: Por favor permite que podamos nacer como seres humanos’. La forma humana de vida es muy especial; es una gran responsabilidad. El propósito de que un hombre y una mujer se casan es el de proporcionar una forma humana a algunas almas merecedoras, de manera que puedan cumplir con el objetivo de su existencia. Es por ello que esta ceremonia es tan sagrada. No es que un hombre y una mujer se unen al azar y accidentalmente producen algunos niños. Es un proceso sistemático llamado samskara, el cual es un proceso de purificación”.

—Bhakti Charu Swami

Haciendo y respondiendo preguntas, Programa en una casa, 29 de noviembre, Moorpark, California

SP_pointing-293x300 Dec 3“Un discípulo le preguntó a Srila Prabhupada: ‘Debemos seguir las instrucciones de la autoridad, ¿significa esto que la autoridad debe estar en lo correcto?’. Srila Prabhupada respondió que uno puede mantener la convicción de que en un punto determinado tiene razón —pero igual debe seguir a la autoridad—. Como ejemplo, mencionó que si alguien está conduciendo un coche y uno piensa que hay una mejor manera de llegar al destino, puede decirle al conductor: ‘Creo que sería mejor ir por este camino’. El conductor puede o no estar de acuerdo en seguir la sugerencia, pero uno tiene que aceptar su conclusión porque él está en el asiento del conductor. Sin embargo, se puede mantener la opinión de que habría sido mejor si se hubiera seguido el camino que uno sugirió. Eso no es incorrecto. Pero uno debe aceptar al conductor, ya que él está detrás del volante”.

Yoga y la Gita, Giriraj Swami y Kausalya Dasi

Yoga y la Gita Dec 2Hoy día, Moksada Ekadasi, es el día del advenimiento de la Bhagavad-gita, cuando Krishna habló la Gita a Arjuna, y en honor a la ocasión, presento una charla sobre yoga y la Gita.      —Giriraj Swami

La Bhagavad-gita fue hablada hace aproximadamente cinco mil años por el Señor Krishna, a quien las autoridades védicas aceptan como la Suprema Personalidad de Dios. Cuando Krishna habla, no lo hace en prosa común; Él habla en poesía y con cadencia. Por lo que Sus palabras se han registrado como la Bhagavad-gita: “la canción de Dios”.

Dios es una persona, tal y como nosotros somos personas, pero con la diferencia de que Él no es un alma condicionada. Él es una persona, pero no está limitado como nosotros. La Biblia dice: “Dios creó al hombre a Su propia imagen”. Incluso lógicamente, cualesquiera que sean las facultades y cualidades que tenemos, Dios también las tiene —y mucho más—. Tenemos la facultad de pensar, de sentir, de percibir, de hablar y de actuar; y Dios tiene estas mismas facultades. El Vedanta-sutra dice janmady asya yatah: la Verdad Absoluta es Aquel de quien todo emana. Todo lo que existe en la creación de Dios también existe en Dios, el Creador. Así que Dios tiene las mismas facultades que nosotros tenemos, pero en Él existen a la perfección. Él piensa, pero Su pensamiento es perfecto; Él habla, y Su habla es perfecta; Él actúa, y Sus acciones son perfectas. Todo en Él es perfecto. Y la Bhagavad-gita es el registro de las palabras habladas por Dios, o Su canción.

Como almas condicionadas, tendemos a pensar en la individualidad como un estado condicionado. Al escuchar que Dios es una persona, la gente suele decir: “¿Cómo puedes decir que Dios es una persona? Estás limitando a Dios. Si le das a Dios una forma. . .”.  Por supuesto que nosotros no le damos una forma a Dios, pero dicen: “Si le das una forma a Dios, limitas a Dios”. Y cuando vemos las cosas desde la perspectiva material, desde el estado condicionado, eso tiene sentido. Pero cuando vemos las cosas de esa manera, en realidad estamos aplicando nuestra experiencia limitada en el mundo material y ampliándola con el razonamiento material para llegar a una conclusión falsa: si tenemos forma y somos limitados, entonces, si Dios tiene forma Él debe también ser limitado.

De hecho, Dios se encuentra más allá de la dualidad material. No podemos entender lo que Dios es por suponer que Él debe ser lo opuesto a nosotros. Tenemos forma y somos limitados —si estoy aquí en Imperial Beach no puedo estar al mismo tiempo en otro lugar—, pero Dios tiene forma y es ilimitado. Dios está aquí y también en Nueva York, Él también está en Nairobi y en Shanghai. Él está en esta sala, en la habitación de al lado, en la pared, en el techo —Él está dentro de cada átomo, y en los espacios entre los átomos—. Él tiene forma, pero Su forma no es como la nuestra; no es material, no es limitada. Su forma es espiritual e ilimitada.

Estamos condicionados; dentro del cuerpo de todo ser condicionado se encuentra un alma espiritual, y lo que da vida al cuerpo es la presencia del alma. El cuerpo es sólo un vehículo, como un automóvil; y el alma es el conductor, la persona dentro del vehículo que lo hace funcionar. Cuando el conductor sale del auto, éste no puede funcionar. Del mismo modo, cuando el alma abandona el cuerpo, el cuerpo ya no puede actuar. Nosotros, los seres vivientes, somos el alma espiritual; residimos en el cuerpo y lo utilizamos, pero somos distintos de éste.

La Bhagavad-gita explica que Dios tiene dos energías principales: la energía material y la energía espiritual. El alma está compuesta de energía espiritual, y el cuerpo y todos los elementos materiales están compuestos de energía material. Los sólidos, líquidos y gases están formados de energía material. La energía material es materia muerta, inerte, mientras que el alma, la energía espiritual, está viva y es consciente.

En nuestro caso hay una distinción entre el cuerpo físico y el alma espiritual que lo anima. Pero en el caso de Krishna, o Dios, Su cuerpo es completamente espiritual. En Dios no existe la dualidad; Él es completamente espiritual, y por lo tanto Su forma es espiritual e ilimitada. Como almas espirituales, somos pequeños fragmentos de Dios, del Alma Suprema. En la Bhagavad-gita el Señor Krishna dice: mamaivamso jiva-loke jiva-bhutah sanatanah: “Las entidades vivientes de este mundo condicionado son Mis partes fragmentarias eternas” (Bg 15.7). Por lo que, como almas individuales, somos partes integrales del Alma Suprema, Krishna, y somos partes fragmentarias eternamente.

Hay una escuela de pensamiento que en cierto modo es material, pero en cierto modo también es espiritual, que dice que en el estado condicionado somos personas individuales, pero que cuando nos liberamos perdemos nuestra identidad individual y nos volvemos uno con Dios. Nuestro maestro, Srila Prabhupada, llama a esta fusión “suicidio espiritual”. La psicología de los impersonalistas, que desean fusionarse y volverse uno con Dios, o con la luz de Dios, se basa en el mismo tipo de pensamiento relativo dualista del que acabamos de hablar. Su lógica es: “Soy una persona individual y estoy sufriendo en el mundo material, así que si quiero liberarme de sufrimiento, tengo que renunciar a mi individualidad”. Pero las almas condicionadas en el mundo material nos encontramos en una condición de enfermedad, olvidándonos de Dios, y sufrimos debido a que estamos enfermos. Cuando somos curados de nuestra enfermedad ya no sufrimos, sino que disfrutamos.

Si a una persona que sufre de alguna enfermedad le decimos: “Estás sufriendo, y tengo una solución para tu sufrimiento: te voy a matar”, la persona dirá: “Esa no es una solución. La solución es curarme, no matarme”. Espiritualmente, los impersonalistas, o mayavadis, dicen: “Estás sufriendo y nosotros tenemos la solución: cometer suicidio espiritual. Basta con fusionarse y volverse uno con Dios, y entonces ya no existirás como una persona individual, de manera que ya no sentirás más dolor”. Pero eso no es una verdadera solución. La verdadera solución es ser curado de la enfermedad, y cuando se está sano se puede disfrutar de la vida. Estamos de acuerdo en que cuando se está enfermo todas las actividades son dolorosas; pero vamos más allá y decimos que cuando se está curado, las mismas actividades que eran dolorosas cuando se está enfermo, olvidadizo de Dios, pueden ser placenteras —en conciencia de Krishna—.

El olvido de Dios tiene como resultado un estado de enfermedad llamado “ilusión” o maya. La cura para esta enfermedad es un procedimiento por el cual podemos recordar a Dios, podemos llegar a ser conscientes de Dios, o conscientes de Krishna: un proceso llamado yoga. El término sánscrito yoga significa literalmente enlazar o conectar. La palabra inglesa yugo, como en el caso de “uncir dos bueyes con el yugo”, se deriva de esta raíz. Así, el proceso de yoga en realidad significa conectarse con Dios.

En el sistema Pantanjali hay ocho etapas de la práctica, denominadas astanga-yoga, que empiezan con yama y niyama. Yama y niyama significan reglas y regulaciones. Nadie puede practicar yoga o hacer avance espiritual, a menos que siga alguna disciplina. Y las disciplinas que seguimos en el bhakti-yoga son comunes a todas las prácticas de yoga. Después de yama y niyama, las prohibiciones y preceptos, viene asana, que se ha popularizado en Occidente y son las asanas o posturas de yoga. Luego viene pranayama, los  ejercicios de respiración.

En el yoga, la buena salud no es un fin en sí mismo. Todas estas prácticas físicas tienen por objeto que el yogi medite en Dios por largos períodos de tiempo sin perturbarse ni distraerse. Un yogi competente puede meditar durante horas, aun días, sin perturbarse por dolencias corporales o incluso por las exigencias naturales de comer y dormir. Y la verdadera meta es llegar más lejos, progresar a pratyahara, suprimiendo los sentidos; a dharana, concentrarse en Dios por algún tiempo; a dhyana, profunda y prolongada meditación en Dios; y por último a samadhi, completa y contínua absorción en Dios —la comprensión de Dios—. En samadhi, aunque el yogi se encuentra en el cuerpo, no se identifica con él. Está totalmente absorto en su relación interna con Dios y completamente desapegado de la materia. Ese es el objetivo del yoga, y ese es el propósito para el que hemos nacido como seres humanos —para comprender a Dios y desapegarnos de la materia, para liberarnos del samsara, o los repetidos nacimientos y muertes—.

La etapa de samadhi se describe en la Bhagavad-gita (6.20-23):

yatroparamate cittam niruddham yoga-sevaya
yatra caivatmanatmanam pasyann atmani tusyati

sukham atyantikam yat tad buddhi-grahyam atindriyam
vetti yatra na caivayam sthitas calati tattvatah

 yam labdhva caparam labham manyate nadhikam tatah
yasmin sthito na duhkhena gurunapi vicalyate

tam vidyad duhkha-samyoga-viyogam yoga-samjnitam

“En la etapa de la perfección denominada trance, o samadhi, la mente de uno se abstiene por completo de las actividades mentales materiales, mediante la práctica del yoga. Esa perfección se caracteriza por la habilidad que tiene uno de ver el Ser mediante la mente pura, y de disfrutar y regocijarse en el Ser. En ese estado jubiloso, uno se sitúa en medio de una felicidad trascendental ilimitada, que se llega a experimentar a través de los sentidos trascendentales. Establecido así, uno nunca se aparta de la verdad, y al conseguir esto, piensa que no hay nada mejor. Al uno situarse en esa posición nunca se desconcierta, ni siquiera en medio de la mayor de las dificultades. Esto es en verdad estar libre de hecho de todos los sufrimientos que surgen del contacto material”.

Ese yoga debe realizarse en un lugar apartado y santificado, según se prescribe en la Bhagavad-gita (6.11-12):

sucau dese pratisthapya sthiram asanam atmanah
naty-ucchritam nati-nicam cailajina-kusottaram

 tatraikagram manah krtva yata-cittendriya-kriyah
upavisyasane yunjyad yogam atma-visuddhaye

“Para practicar yoga, uno debe irse a un lugar apartado, poner hierba kusa en el suelo, y luego cubrirla con una piel de venado y una tela suave. El asiento no debe ser ni demasiado alto ni demasiado bajo, y debe encontrarse en un lugar sagrado. El yogi debe entonces sentarse en él muy firmemente y practicar yoga, para purificar el corazón mediante el control de la mente, de los sentidos y de las actividades, y fijando la mente en un punto”.

Sucau dese indica que uno debe encontrar un lugar santificado, de preferencia cerca de un cuerpo de agua sagrado. Los yoga-sutras dicen que el lugar debe estar lejos de donde se unen dos caminos. En otras palabras, debe ser un lugar sagrado apartado.

¿Pero puede la gente común realmente cumplir con las condiciones para la correcta ejecución del sistema de astanga-yoga? ¿Qué esperanza hay para nosotros?

Pues bien, hay esperanzas.

Más adelante, la Bhagavad-gita dice: satatam kirtayanto mam: siempre debemos realizar kirtana, o glorificación, de Krishna. Satatam significa “siempre”, kirtana significa “cantar”, y mam significa “acerca de Mí”  —acerca de Krishna, que es quien está hablando—. Podemos cantar el nombre de Krishna, como hacemos al cantar el maha-mantra Hare Krishna, o podemos glorificar la forma, las cualidades, o los pasatiempos de Krishna. Es decir kirtana.

Por lo general, el objetivo de la meditación de un yogi es la forma de Visnu en el corazón —una de las formas ilimitadas, y expansiones destacadas de Krishna—. Dhyanavasthita-tad gatena manasa pasyanti yam yoginah: Es Él a quien los yogis ven cuando fijan la mente en trance meditativo (SB 12.13.1). Él es el objetivo del yoga, y ese mismo objetivo puede lograrse mediante el canto.

El canto se recomienda especialmente para la era actual. El sistema védico recomienda diferentes procesos de autorrealización para diferentes eras y diferentes circunstancias. En la era actual el proceso recomendado es el canto de los santos nombres:

harer nama harer nama
harer namaiva kevalam
kalau nasty eva nasty eva
nasty eva gatir anyatha

“En la era actual que vivimos canten los santos nombres, canten los santos nombres, canten los santos nombres del Señor Hari [Krishna]. No hay otra manera, no hay otra manera, no hay otra manera de alcanzar la perfección”. (Brhan-naradiya Purana 38.126)

Ahora bien, esta frase “no hay otra manera” puede evocar asociaciones con frases tales como “Jesús es el único camino”. Pero en este contexto “Krishna” es sólo uno de los nombres de Dios, y la conciencia de Krishna no es sectaria. Dios es ilimitado, y Él tiene ilimitados nombres en diferentes idiomas y culturas.

Encontramos que prácticamente en todas las tradiciones religiosas principales, los practicantes cantan el nombre de Dios. E históricamente, esta práctica ha sido muy importante, sobre todo en las escuelas místicas de diversas tradiciones religiosas. Se encuentra en el cristianismo, en el Islam, en el budismo, así como en otras tradiciones. No somos sectarios, no decimos: “Se debe cantar sólo ‘Krishna’, y no ‘Jesús’ o ‘Allah’. Dios es absoluto, y en la plataforma absoluta cualquier nombre que describe a Dios es tan bueno como cualquier otro.

En un sentido, Dios no tiene nombre, porque Él es trascendental; pero al tener formas, cualidades, pasatiempos y compañeros, se Le puede nombrar de acuerdo a Sus atributos y relaciones. Cuando estuve en Pakistán me topé con un libro de los noventa y nueve nombres de Alá, que me recordó el texto en sánscrito Visnu-sahasra-nama, “Los mil nombres de Visnu”. Eran muy similares, por ejemplo, uno de los nombres de Alá, es Habib. Habib significa “amigo”, y en sánscrito tenemos bandhu, amigo —dina-bandhu, loka-bandhu—, porque Dios es el amigo de los afligidos y de todos los seres vivientes. Así que las palabras que describen las formas, cualidades, actividades y relaciones de Dios con Sus devotos pueden aceptarse como nombres de Dios. Y como hemos dicho, como Dios es absoluto, Sus nombres, Sus formas, Sus cualidades y Sus pasatiempos son iguales en la plataforma absoluta.

En el mundo material, o relativo, si tenemos hambre y recitamos “¡Mango, mango, mango!”, sólo por recitar “mango, mango” no se satisfará nuestra hambre, porque la palabra “mango” y el objeto “mango” son diferentes. Sin embargo, en el reino espiritual, o absoluto, el nombre de algo y el objeto en sí son lo mismo. Así que cuando cantamos “Krishna Krishna, Hare Krishna”, Krishna está personalmente presente, bailando en nuestras lenguas. Y debido a que los devotos se relacionan con Krishna, sienten dicha cuando cantan Hare Krishna.

nama cintamanih krsnas
caitanya-rasa-vigrahah
purnah suddho nitya-mukto
’bhinnatvan nama-naminoh

“El santo nombre de Krishna está lleno de bienaventuranza trascendental. Concede todas la bendiciones espirituales, pues es Krishna mismo, el receptáculo de todo placer. El nombre de Krishna es completo, y es la forma de todas las melosidades trascendentales. En ninguna circunstancia es un nombre material, y no es menos poderoso que Krishna mismo. Puesto que el nombre de Krishna no está contaminado por las cualidades materiales, no existe la posibilidad de que se mezcle con maya. El nombre de Krishna es siempre liberado y espiritual; nunca está condicionado por las leyes de la naturaleza material. Eso se debe a que el nombre de Krishna y Krishna mismo son idénticos”. (Padma Purana, Cc Madhya 17.133)

Krishna es plenamente bienaventurado, y cuando nos relacionamos con Él, también nos sentimos dichosos. Cantar continuamente (kirtaniyah sada harih) es el proceso recomendado para la era actual. Así, los devotos cantan siempre que sea posible.

Grandes devotos y eruditos han descrito la manera en que las diferentes etapas en la práctica del canto corresponden a las diferentes etapas de astanga-yoga. El proceso físico del canto es fácil. Cualquier persona con una lengua puede articular los sonidos trascendentales de los santos nombres: Hare Krishna, Hare Krishna, Krishna Krishna, Hare Hare / Hare Rama, Hare Rama, Rama Rama, Hare Hare. Pero además está el aspecto de la calidad. Alguien puede cantar, y su mente puede estar en Hollywood o en las olas del mar. Podemos cantar con la boca, con los labios y con la lengua, pero nuestras mentes pueden estar en cualquier otro lugar. Aún así, el canto es eficaz: el mantra es tan poderoso que incluso si no somos capaces de cantar con atención, la vibración sonora trascendental purificará nuestra mente, y conforme ésta se va purificando, va siendo más fácil para nosotros cantar con atención.

Pero cantar con atención es una práctica seria. La Bhagavad-gita aconseja que de lo que sea y de dondequiera que la mente deambule debido a su naturaleza vacilante, debemos ponerla de nuevo bajo el control del yo. Al principio cuando cantamos, nuestras mentes están sujetas a deambular. En cualquier proceso de meditación, hasta que uno sea muy avanzado la mente divagará; y cuando ésta divaga, hay que ponerla  de vuelta bajo control. Pero como hemos dicho, lo bueno del canto es que incluso cuando la mente deambula, el propio canto purifica la conciencia —mientras que en la meditación en silencio, si la mente se distrae, la meditación desaparece—. Pero con el canto, aunque la mente se aleje —por supuesto que esto no es una excusa para permitir que nuestra mente divague—, incluso si la mente se aleja hay beneficio, porque el sonido trascendental de la vibración del mantra entra en el corazón y lo purifica. Así que existe un gran beneficio espiritual en el canto, y puede generar un gran placer.

Al menos por ahora, no somos capaces de cantar veinticuatro horas al día —aunque ese es el objetivo—. No somos como los yogis que pueden sentarse en meditación durante ocho, diez, veinte o treinta horas. Necesitamos ocuparnos de otras cosas, y todas las actividades del bhakti-yogi, del devoto en conciencia de Krishna, están relacionadas con Dios. Escuchamos hablar acerca de Dios, hablamos acerca de Dios, y pensamos en Dios. Adoramos a Dios y oramos a Dios; incluso cocinamos para Dios, preparamos comida vegetariana y se la ofrecemos a Dios en un proceso trascendental; y hablamos a otros acerca de Dios. Por lo que, las mismas actividades que son la causa del cautiverio para las personas comunes, se convierten en la causa de la liberación para los devotos en conciencia de Krishna. Cuando nuestras vidas están dedicadas a la conciencia de Krishna, incluso las actividades que se requieren para mantener el cuerpo y alma juntos — como ganar y gastar dinero, bañarse y vestirse—, pasan a tomar parte del mismo proceso trascendental. Así que la diferencia entre estar enfermo espiritualmente y estar saludable espiritualmente, entre las actividades espirituales y materiales, es muy sutil. Las actividades pueden ser las mismas, sólo la conciencia es diferente. Al actuar en conciencia material lo hacemos para la complacencia de nuestros propios sentidos, de manera limitada o extendida, sin tener en cuenta a Dios. Y al hacerlo en conciencia espiritual nos dedicamos a las mismas actividades, pero para el placer de Dios, en el servicio de Dios.

Nuestro maestro espiritual, Srila Prabhupada, citó el ejemplo de una persona sentada en un avión. Mientras que va leyendo o hablando con el pasajero sentado a su lado, puede sentir como que no ocurriera nada. Pero tan pronto como mira por la ventana, verá: “Oh, hemos recorrido un largo camino. Estábamos allá abajo, y ahora estamos por encima de las nubes. Estamos volando”. Así que es sutil. Estamos sentados aquí hablando, y más tarde comeremos, y puede parecer que hacemos las mismas actividades que se hacen usualmente: reunirse, hablar, tal vez cantar canciones, tal vez bailar, y luego comer. Pero debido a que las hacemos en relación con Dios, como parte del proceso de bhakti-yoga, las mismas actividades que causan el cautiverio y sufrimiento en la vida ordinaria, se convierten en la causa de la liberación y dicha eterna.

Esta es la gran ciencia de la Bhagavad-gita —la ciencia del yoga—. Y en el curso de sus instrucciones en la Bhagavad-gita, el Señor Krishna concluye:

yoginam api sarvesam
mad-gatenantaratmana
sraddhavan bhajate yo mam
sa me yuktatamo matah

“Y de todos los yogis, aquel que tiene una gran fe y que siempre se refugia en Mí, piensa en Mí y Me presta un amoroso servicio trascendental, es el que está más íntimamente unido a Mí por medio del yoga, y es el más elevado de todos. Ésa es Mi opinión.” (Bg 6.47)

Después de describir las diferentes clases de yogakarma-yoga, jnana-yoga, dhyana-yoga y astanga-yoga—, el Señor Krishna declara: “De todos los yogis, aquel que me venera con amor es el más elevado de todos”. Ese amor por Krishna puede ser despertado mediante la práctica de bhakti-yoga, especialmente mediante el canto, o kirtana.

Os damos las gracias por venir y acompañarnos, por añadir a nuestro placer en cantar y escuchar.

Ahora le pediré a mi hermana espiritual Kausalya dasi que hable. Ella y yo servimos juntos en la India durante muchos años. Ayer por la noche me reuní con ella y su esposo, y conversamos sobre muchos temas: sociología, política, psicología, arte —de todo—, y para prácticamente cada tema del que hablábamos, ya sea ella o su esposo mencionaban citas de la Bhagavad-gita. Así que pensé: “Estas personas tienen profundas realizaciones de la Bhagavad-gita; debemos escucharles”.

Kausalya dasi: La Bhagavad-gita da conocimiento a mi vida, a nuestras vidas, cada día. Nos enseña muchas maneras simples y maravillosas de recordar siempre a Krishna. Krishna dice: “Yo soy el sabor del agua”. Anoche estábamos sentados bebiendo  agua, y de alguna manera surgió el punto de que simplemente por beber agua uno puede recordar a Krishna. Krishna dice: “Yo soy la luz del sol y de la luna”. Así que simplemente por mirar al sol y la luna uno puede recordar a Krishna. Y Él dice: “Entre las bestias, Yo soy el león”. Tenemos tres gatos callejeros viviendo con nosotros; así que cada vez que miro a mis pequeños gatitos pienso en Krishna. Es interesante cómo en la vida cotidiana la Bhagavad-gita puede hacernos recordar constantemente a Dios de maneras sencillas y profundas.

Otra cosa de la que hablamos fue de cómo a veces como seres humanos nos vemos atrapados en la forma y la función. Los rituales religiosos se convierten en algo muy importante para nosotros. Entonces recordé la instrucción de Krishna en la Bhagavad-gita, donde al final dice: “Abandona todas las variedades de religiones y tan sólo entrégate a Mí”.  Así que siempre se trata de la entrega a Krishna, sea lo que uno haga, o diga —todo, cada acción, cada actividad, tiene que ser con entrega—.

Otras cosa de la que hablamos fue sobre cómo Krishna nos recuerda: “Tienes el derecho y el deber de actuar, pero no tienes derecho a los frutos de la acción”. Muchas veces, sea en los negocios o en la vida, nos apegamos a un determinado resultado. En la vida, deseamos que ésta ocurra como nos gustaría, queremos que sucedan cosas muy específicas, y nos centramos y apegamos mucho, pero en última instancia no depende de nosotros. Nosotros no somos los hacedores; no somos los que hacemos que se produzca el resultado. Entregar a Dios todo lo que haces a diario y la capacidad de simplemente dejar que las cosas se desenvuelvan como Dios quiere, es una de las lecciones que aprendí de la Bhagavad-gita, porque más que nada Krishna dice: “Permanece sin ataduras; permanece desapegado”. Es una lección muy sencilla, pero muy difícil de aprender. Como seres humanos, nos apegamos mucho a todo; nos apegamos a los frutos de nuestras actividades; nos apegamos a un resultado feliz, o lo que fuera. El desapego, para mí, es una lección importante de la Gita.

Giriraj Swami: ¿Cuándo fue tu primer contacto con la Gita?

Kausalya dasi: En realidad empecé a leer la Bhagavad-gita antes de conocer a Srila Prabhupada. Yo tenía unos catorce años, y lo primero que leí fue un pequeño libro de la Misión Ramakrishna llamado Así habló Sri Krishna. Tenía breves citas de la Bhagavad-gita. Yo estaba totalmente absorta en el libro y meditaba en sus palabras todo el tiempo. Entonces yo era hippie y experimentaba con muchas drogas psicodélicas. Cuando tenía unos dieciséis años, decidí trasladarme a Hawai para poder concentrarme totalmente en yoga, en meditación trascendental. No la TM per se, porque nunca tomé esa iniciación, sino meditación a mi manera. También había tenido contacto con el disco Hare Krishna que Prabhupada había grabado, su primer álbum en el año 66. Prabhupada cantaba en él, y yo solía escuchar ese mantra Hare Krishna todo el tiempo. Fui a Hawai, porque sentía que en Laguna Beach, donde había estado viviendo, había mucha gente alrededor. Necesitaba estar sola, así que volé a Hawai, puse un pequeño cobertizo en la playa, y estuve meditando, cantando, orando y deseando poder encontrar un guru, porque sabía que necesitaba dirección.

Así que estaba sentada allí en la playa, y un volante en el aire aterrizó en mi pierna, que decía: “A. C. Bhaktivedanta Swami hablará en Sunset Point acerca de la Bhagavad-gita”. Bueno, yo tenía mi pequeña Bhagavad-gita conmigo; no recuerdo de que edición provenía. No era de Prabhupada; la suya no había salido todavía —la que tiene la cubierta de color púrpura y la imagen del Señor Visnu—. Entonces pensé: “Oh, Dios, ¿qué día es hoy?”, porque no lo sabía. Caminé al centro y le pregunté a alguien, y era ese día. Así que fui a Sunset Point haciendo autostop, y ahí estaba Prabhupada sentado en una especie de pequeña mesa con una tela Madrás sobre ella y un armonio frente a él, debajo de una palmera. Kartikeya le abanicaba, y Govinda dasi y Gaurasundara estaban allí. Y eso era todo: tres devotos y unos cuantos hippies. Entonces me senté y le escuché cantar y hablar, y aprendí mucho de él.

Luego le hice algunas preguntas acerca de la Bhagavad-gita. Abrí mi libro y dije: “En mi Bhagavad-gita dice que…”, bla, bla, bla. No puedo recordar lo que le pregunté, pero él dijo: “Me gustaría hablar contigo. Ven a mi casa”. Así que me subí en la parte trasera de la camioneta, y todo el tiempo fui mirándole la cabeza. Gaurasundara y Prabhupada estaban en la cabina delantera, y yo iba en la parte posterior con Kartikeya y Govinda dasi. Prabhupada estaba en el extremo del asiento, y su cabeza tenía un resplandor dorado. Y pensé: “Es un hombre de quien puedo aprender mucho”.

Al llegar, entré en la casa y Govinda dasi me dijo: “Toma asiento, y podrás hablar con él en cuanto esté libre”. Lo vi caminar por el pasillo hasta su habitación. Me senté, y después de un par de minutos me puse impaciente y me dije: “Él me invitó, ¿por qué ella me ha dicho que tengo que esperar?”. Me estaba sintiendo… Y pensé: “Voy a ir y hablar con él. Él dijo que quería hablar conmigo”.

Caminé por el pasillo y llamé a su puerta, y la puerta se abrió de golpe, porque no estaba cerrada. Él dijo: “Adelante, adelante”. Entré y me senté, y empezamos a hablar sobre la Bhagavad-gita. Luego Govinda dasi llevó una bandeja de caña de azúcar, y me dijo: “¿Qué estás haciendo aquí?”. Ella le había preparado un pequeño aperitivo, y había pensado que él tomaría su prasada y luego me dejaría entrar para verlo. Pero Prabhupada dijo: “No, no; puede quedarse”. Así que ella cerró la puerta, nos sentamos y Prabhupada me mostró cómo comer caña de azúcar. En aquellos días yo era hippie, y primero le dije: “Yo no tomo azúcar”. Él respondió: “Oh, pero ésta es natural; crece al lado de la carretera”. “Bueno, entonces está bien”. Luego dijo: “Y además, no se come todo”. Luego me mostró cómo masticarla y succionar el jugo. Así que estuvimos allí sentados, masticando caña de azúcar, poniendo la pulpa en el plato y hablando sobre la Bhagavad-gita. Luego sacó su libro, el color púrpura, de la estantería y dijo: “Acabo de publicarlo”. Me lo mostró y después dijo: “Y ahora, ¿qué es lo que dice tu Bhagavad-gita?”. Y le dije. . . No lo recuerdo —me siento un poco avergonzada por no recordar el pasaje del que hablamos—, pero le dije lo que decía, y entonces él me leyó del suyo y me dijo: “El mío es mucho mejor”.

Y con ello comenzó mi relación con Srila Prabhupada. Yo había estado absorbiendo la Bhagavad-gita desde que tenía catorce años, y conocí a Prabhupada cuando tenía dieciséis. Aunque me sentí atraída por la Gita desde el principio, y aunque he leído muchas ediciones a lo largo de los años, puedo decir honestamente que la Bhagavad-gita tal como es de Srila Prabhupada supera a todas ellas.

Hare Krishna.

Devoto: ¿Le preguntaste a Srila Prabhupada si podía ver a Krishna?

Kausalya: Sí. Me siento avergonzada, yo había estado meditando y tomando LSD. (Chicos, ¡no se hagas ideas!) Le dije a Prabhupada: “Cuando tomo LSD, veo a Krishna”. Y él dijo: “Ves a Krishna porque Krishna te ama y quiere mostrarte su favor —no debido al LSD—”. Luego añadió: “Prométeme que ya no lo tomarás”. Y le respondí: “No puedo hacer eso ahora mismo; es mi sacramento”. Estoy segura de que a algunas de las personas mayores aquí que esto les suena familiar. Le dije: “No puedo hacer eso ahora mismo”. Y después me dijo: “Bien, ¿vendrías a quedarte aquí? Me gustaría que te quedes, pero. . . sólo hay dos dormitorios, y uno es mío, Kartikeya está durmiendo en la sala de estar, y Govinda dasi y Gaurasundara tienen el suyo. Pero por favor regresa”.

Así que tuvimos un maravilloso intercambio y luego continué mi camino. Hice autostop de regreso a mi pequeño lugar en la playa, y tuve experiencias y realizaciones continuas. Una de ella fue sobre acintya-bhedabheda-tattva, aunque en ese momento yo no conocía estas palabras. Se trataba de que Dios es simultáneamente uno y diferente.

Pasó un mes, y no podía conseguir sacar a Prabhupada de mi mente. Era como si de repente todo careciera de sentido. Él estaba allí en mi corazón; había ganado mi corazón. Llamé a mis amigos en Laguna y les dije: “Conocí a un swami, que es simplemente increíble, pero no tengo idea de cómo encontrarlo. Fui a verlo en la parte de atrás de una camioneta, y ni siquiera sé dónde fui”. Estaba despistada, debo decir. Me preguntaron: “¿Cómo se llama?” y contesté: “Bhaktivedanta Swami” Y dijeron: “¿Estás bromeando? Hemos encontrado un templo que acaban de abrir en Los Ángeles, y vamos allí a la fiesta que hacen los domingos”. Así que tomé un avión y regresé, y eso fue todo.

Una última nota. Cuando llegué, Prabhupada no estaba Los Ángeles; iba a llegar en unas dos semanas. Dayananda me recogió del aeropuerto, y me vistieron con un sari. En el templo, cuando Prabhupada llegaba nos arrodillábamos a lo largo de un trayecto, y en su recorrido él nos daba palmadas en la cabeza. Así que yo estaba de rodillas, y tenía la cabeza esperando mi palmadita, pero no pude resistirme. Miré hacia arriba, y él me miró y dijo: “Yo te conocí en Hawai. Ven a mi apartamento y hablaremos”. Y así lo hicimos.

Me gustaría contar una historia, ya que incluye uno de los intercambios más dulces. Tuvimos muchos intercambios maravillosos. En la India, el grupo era muy íntimo; éramos pocos, sólo cinco devotas y menos de quince devotos. Y viajábamos mucho.

Prabhupada era muy protector y afectuoso, y trataba de enseñarnos de todo —y cómo comportarnos—. En una ocasión, organicé un programa de pandal en Jaipur e hice arreglos para que Prabhupada viviera en el templo de Govindaji. Un día fui a su habitación y le dije: “Prabhupada, tiene que salir fuera. El cielo está lleno de cometas; es hermoso”. Él dijo: “Oh, es la temporada de vuelo de cometas”. Yo no sabía que había una temporada de vuelo de cometas, pero en la India por lo visto existe. Me preguntó: “¿Hoy vas a volar cometas?”. Le dije que no iba a hacerlo. “Puedes hacerlo”, dijo. “Cuando era joven solía volar cometas con mi hermana, sólo que su cometa siempre volaba más alto que la mía. Así que un día hice trampa, subí al techo de nuestra casa, y mi cometa voló más alto que la suya. Entonces ella comenzó a llamar: “¡Govinda! ¡Govinda! ¡Govinda!”, y su cometa voló más alto que la mía. Incluso en nuestra infancia siempre recordábamos a Krishna”.

Ese constante recuerdo de Krishna, como se aconseja en la Bhagavad-gita, es la perfección del yoga.

¡Hare Krishna!

[Programa con profesores de yoga, estudiantes ydevotos, 21 de mayo de 2005, Imperial Beach, San Diego]

 

Visita de George Harrison a Hare Krishna Land, Juhu — Recordando y dando gracias

George Harrison Dec

Nunca olvidaré el momento en que escuché que George Harrison había fallecido, poco después del Día de Acción de Gracias en el año 2001. Mis fuertes sentimientos de separación me sorprendieron, y me hicieron pensar en lo importante y querido que George debe haber sido para Srila Prabhupada y Sri Krishna. Y recordé mi corta experiencia personal con George en Bombay.

En 1974, hace casi exactamente cuarenta años, George fue a visitar a Srila Prabhupada a Hare Krishna Land, en Juhu. Le enseñé las obras de construcción, y expresó su reconocimiento por la labor y nos alentó en nuestros esfuerzos. A las doce y media escuchamos el sonido de la caracola para el arati raja-bhoga, y nos dirigimos a templo, que era una pequeña cabaña, donde George eligió un par de karatalas y cantó junto con los otros devotos. Puri dasa, oriundo de Escocia, estaba haciendo el arati y, como me dijo más tarde, cuando se giró para ofrecer la lámpara de ghee a los devotos y vio a George, su mano temblaba tanto, que tenía miedo que la lámpara de ghee se cayera.

Después del arati, le entregué a George un plato lleno de maha-prasadam y lo acompañé al apartamento de un dormitorio de Prabhupada para que se reuniera con él. Los dejé juntos y regresé a mi oficina.

Unas dos horas más tarde, un niño rollizo de diez o doce años de edad con gafas —el hijo de nuestro amigo y partidario Pranjivan G. Valia de la casa “Hare Krishna” en el complejo Juhu Vile Parle— subió a mi pequeña oficina en la parte trasera de la propiedad. “Escuché que George Harrison está aquí”, dijo. “Así es”, le contesté. “Quiero verlo”, declaró. “Bueno, no puedes. Está reunido con Srila Prabhupada”. Me miró fijamente a los ojos —me estaba evaluando—, y al llegar a la conclusión de que no iba a conseguir nada de mí, se apresuró hacia las escaleras y bajó corriendo. “Oh, Dios”, pensé. “Él está determinado a encontrarlo”. Así que bajé rápidamente por las escaleras persiguiéndolo.

Atravesé corriendo hacia el siguiente edificio, y cuando llegué al segundo rellano, delante de apartamento de Srila Prabhupada, vi que la puerta estaba entreabierta. El chico estaba de pie justo dentro, y más allá de él, George estaba sentado con las piernas cruzadas y la espalda erguida como un yogui —como un discípulo perfecto escuchando atentamente a los pies de su maestro—.

Con la aparición repentina del niño, Srila Prabhupada y George terminaron su reunión, intercambiando algunas palabras finales. George fue muy amable y apreciativo, y Prabhupada muy bondadoso y afectuoso.

Me molestó que el chico había interrumpido su encuentro, pero ellos lo tomaron con naturalidad. Tal vez era hora de que la reunión terminara; tal vez lo tomaron como el arreglo de Krishna.

Al año siguiente, en un paseo matutino en Sanand, Gujarat, Srila Prabhupada recordó la reunión. “George es muy buen muchacho. Lo he observado; muy buen muchacho. Me lo mostró en Bombay; él vino a verme a Bombay el año pasado. Él está cantando rondas de japa y tiene a Jagannatha dentro de su bolsa de japa”.

Yo y muchos miles, tal vez millones, de personas estamos agradecidos a George por todo el servicio que prestó a Srila Prabhupada y al movimiento de Conciencia de Krishna; por hacer que el santo nombre del Señor Krishna —el maha-mantra Hare Krishna— y los principios de la conciencia de Krishna, fueran accesibles a muchas personas en todo el mundo; y por atraer a tantas almas a la supremamente atractiva Personalidad de Dios, Krishna.

Hare Krishna.

—Giriraj Swami