“En 1976 Srila Prabahupada fue a Detroit. Acabábamos de comprar la Mansión Fischer y de abrirla como templo. Habíamos puesto un par de millones de dólares en la remodelación de primera clase. A mis padres les preocupaba mucho que me había convertido en Hare Krishna y estaba gastando tanto dinero. En su única visita a Detroit, Srila Prabhupada estaba hablando de construir un fantástico templo en Mayapur, que atraería a personas de todo el mundo a visitarlo y a ser introducidas a Sri Chaitanya Mahaprabhu y a cantar Hare Krishna. Él iba describiendo todo el proyecto, con el planetario y lámparas de araña, y luego se volvió hacia mí y me preguntó: ‘Ambarisa Maharaja, ¿qué te parece?’. Aunque yo no sabía dónde quedaba Mayapur, respondí: ‘Me parece una excelente idea, Srila Prabhupada’. Y Srila Prabhupada dijo: ‘Oh, ¿a ti también te gusta? ¡Entonces puedes financiarlo!’. Fue en ese momento que él sembró la semilla en mí para ayudar con este proyecto”.
—Ambarisa Dasa