“La primera vez que Srila Prabhupada llegó al templo de Boston en Brighton, Brahmananda Prabhu se encontró con él cerca de la puerta de entrada y se puso a llorar como un bebé. Fue muy conmovedor. Él tenía un cuerpo grande, pero un corazón suave y mucho afecto por Srila Prabhupada —a través del tiempo—. Y especialmente en los últimos años, cualquier contacto o interacción que tenía con él causaba un gran aumento en mis sentimientos de amor hacia Srila Prabhupada. Era increíble; yo le enviaba un correo electrónico con preguntas sobre la historia, y él me enviaba una respuesta que aumentaba mi conciencia Prabhupada y duraba durante días”.
Homenaje en memoria de Su Gracia Brahmananda Prabhu, 13 de junio, Nueva Dvaraka, Los Ángeles
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