Un año, en la ocasión del Gita Jayanti, el día en que el Señor Krishna habló la Bhagavad-gita a Arjuna, escuché una charla en la que Srila Prabhupada habló sobre la perfección de la lectura de la Gita.
“Cuando el Señor Chaitanya viajó por el sur de la India, fue a ver a la Deidad en al templo de Ranganatha, un gran templo, y vio que un brahmana estaba leyendo la Bhagavad-gita. Y la gente bromeaba con él: ‘Oh, Sr. Brahmana, cómo es que usted está leyendo la Bhagavad-gita?’. Como eran vecinos, sabían que el brahmana era analfabeto y que estudiaba la Bhagavad-gita. Pero al brahmana no le importaba que ellos bromearan; sujetaba el libro y, a su manera, lo leía. Chaitanya Mahaprabhu vio lo sucedido, y se acercó al brahmana y le preguntó: ‘Mi querido brahmana, ¿qué estás leyendo?’. El brahmana podía entender: ‘Ésta persona no está bromeando conmigo, lo dice en serio’. Y respondió: ‘Mi querido señor, estoy leyendo la Bhagavad-gita. Lamentablemente, soy analfabeto, ni siquiera sé el alfabeto’. ‘¿Por qué estás leyendo la Bhagavad-gita?’ Y contestó: ‘Mi maestro espiritual sabe que soy analfabeto, pero, sin embargo, me ha pedido que lea la Bhagavad-gita. ¿Qué puedo hacer? Por eso tomo este libro y simplemente lo miro; yo no sé leer’. ‘Oh, está bien, no puedes leer. Pero veo que estás llorando. ¿Por qué estás llorando, si no puedes leer?’ ‘Sí, estoy llorando, y existe un motivo.’ ‘¿Cuál es?’ ‘Tan pronto como tomo la Bhagavad-gita, recuerdo a Krishna. Krishna es el conductor de la cuadriga, y Arjuna lo escucha hablar. He oído la historia y tengo algún conocimiento de las instrucciones, pero no puedo leer. Y tan pronto como tomo el libro, esa imagen me viene a la mente, y sólo pienso en cómo Krishna es tan bueno, que Él se ha convertido en el auriga de Su devoto. Aunque Él es grandioso, acepta un servicio menor de Su devoto. Eso me produce tanto placer que lloro.’ Chaitanya Mahaprabhu lo abrazó: ‘Tu lectura de la Bhagavad-gita es perfecta. Has entendido la esencia.’
“Si simplemente recordáis cómo Krishna instruye a Arjuna, y cómo Arjuna lo escucha —si simplemente recordáis esa imagen—, es suficiente. Incluso si pensáis que no podéis leer; porque, finalmente, tenemos que volvernos conscientes de Krishna. No es necesario volvernos eruditos para debatir con otros eruditos. Si es posible podemos hacerlo, pero no hace ninguna diferencia si uno no puede debatir con otros, o si no puede enseñar muy bien la Bhagavad-gita a los demás. Si simplemente uno recuerda esa imagen, es la perfección. Ya que tenemos que volvernos conscientes de Krishna, simplemente tenemos que pensar en Krishna. Recordadlo de alguna manera, esa es vuestra perfección. Smartavyah satatam visnuh [Padma Purana]. Ese es el mandato, debéis pensar siempre en Visnu. Eso es samadhi; eso es meditación; eso es yoga siddhi, la perfección del yoga.
“Aquel que ha aprendido a pensar siempre en Krishna, ya se encuentra en la etapa de la perfección. Aradhito yadi haris tapasa tatah kim [Narada Pancaratra]. Cuando uno llega a esa etapa, de comprender que Krishna es grande, la Suprema Personalidad de Dios, y es un alma entregada: ‘Krishna, haz lo que Tú quieras, me entrego a Ti’, eso es aradhana. Entonces ya no es necesario someterse a austeridades ni penitencias. Todo está cumplido. Y naradhito yadi haris tapasa tatah kim. Si no se llega a esta etapa, la supuesta erudición, el conocimiento, esto o aquello, no tienen sentido, se arruinan, son inútiles. Uno tiene que llegar a esa etapa. Por tanto, el Señor Chaitanya abrazó al brahmana: ‘Sí, tu estudio de la Bhagavad-gita es perfecto’. Uno tiene que llegar a esa etapa, de pensar siempre en Krishna.
“Esa es la perfección. Como Krishna y las gopis. Ellas eran pastorcillas de vacas; sus padres y madres eran personas comunes de la aldea, que cuidaban a las vacas, eso es todo. ¿Cuál era su educación? No eran vedantistas, pero aprendieron a amar a Krishna. Esa era su cualificación. Y Chaitanya Mahaprabhu afirma: ramya kacid upasana vraja-vadhu-vargena ya kalpita, ‘¡Oh!, no existe mejor adoración que la meditación de las gopis’. Ellas no sabían quién era Krishna, pero amaban a Krishna, eso es todo. Ellas amaban a Krishna. ¿Era debido a que Krishna era Dios o a que Krishna era grandioso? No, ellas manifestaban un afecto natural por Krishna. No podían permanecer ni por un momento sin ver a Krishna. Esa era su cualificación; eso es conciencia de Krishna.
“Así que uno tiene que llegar a perfeccionar la conciencia de Krishna de una u otra manera. Eso es la perfección. Hemos presentado muchas fórmulas. ¿Por qué razón? No es que las fórmulas sean importantes, pero ayudan a recordar siempre a Krishna. Así como vosotros vendéis nuestras revistas. Vender revistas o recibir contribuciones no es nuestro objetivo; nuestro objetivo es difundir la conciencia de Krishna, que las personas escuchen algo acerca de Krishna. Y puesto que estamos ayudando, también estamos escuchando, también nos estamos beneficiando. Cuando le hablas a alguien acerca de Krishna, también escuchas acerca de Krishna. Sravanam kirtanam. Los primeros pasos preliminares, escuchar y cantar, se llevan a cabo. De este modo, debemos aprovechar todas las oportunidades para que durante las veinticuatro horas del día, sea despiertos o dormidos, podamos pensar siempre en Krishna. Eso es la perfección. Este canto significa siempre recordar a Krishna —Hare Krishna, Hare Krishna, Krishna Krishna, Hare Hare / Hare Rama, Hare Rama, Rama Rama, Hare Hare—. Cocino para Krishna, escribo para Krishna, predico para Krishna, distribuyo “De vuelta al Supremo” para Krishna. De este modo, recordad siempre a Krishna, eso es todo. Eso os hará perfectos.”
—Giriraj Swami