SS Radhanath Swami comenzó el lanzamiento de su nuevo libro El viaje interior en el templo de ISKCON Dallas, el 16 de mayo de 2016. Hacia el final del evento tuvo lugar la siguiente conversación:
Radhanath Swami: Cuando estuve con Su Santidad Giriraj Swami Maharaja en septiembre, le dije: “Realmente no sé qué hacer con este libro. Por favor, sálvame”. Y empezó a leerlo. Eso fue en Boston, ¿no es así?
Giriraj Swami: En realidad empezó en el vuelo de Los Ángeles a Boston. Después de que conversamos durante un rato, me dijiste: “Disculpa, tengo un manuscrito que necesito revisar porque tengo una fecha límite para enviarlo”. Y luego preguntaste: “¿Te gustaría verlo?”. Y ese fue el comienzo.
Radhanath Swami: Así es. Se suponía que Maharaja iría Boston un día antes, pero Amala Bhakta Prabhu iba a tomar sannyasa en el templo de Los Ángeles, y realmente quería que Maharaja estuviera allí, así que le rogué: “Por favor asiste a su ceremonia de sannyasa”.
Amala Bhakta Prabhu se convirtió en Amala Bhakta Swami Maharaja, y al día siguiente Giriraj Swami Maharaja y yo volamos juntos a Boston. Fue un vuelo muy interesante. Ese fue el vuelo en el que unas personas estuvieron gritando y peleando, ¿verdad?
Giriraj Swami: Sí.
Radhanath Swami: ¿Alguna vez estuviste en un vuelo como ese? No quiero entrar en la dinámica sociológica y psicológica, pero allí habían unos hombres con unas mujeres y estaban muy borrachos. Seguían bebiendo más y más licor, y estaban tratando de mostrar a las mujeres lo duros y arrogantes que eran, y decían cosas obscenas y terribles en el vuelo. Estaban perturbando a todos alrededor de ellos, y algunos de los pasajeros empezaron a reprenderlos, así que tuvieron que mostrar su audacia a sus amigas. Se pusieron a gritar y se levantaban de sus asientos listos para pelear, y las chicas sonreían. Entonces todos alrededor empezaron a reprender a las azafatas: “¿Por qué les dísteis de beber tanto alcohol? Ved lo que habéis hecho. Todo esto es culpa vuestra. Nunca volveremos a volar con esta compañía. Haremos que os despidan”. Las asistentes decían: “No sabíamos”, pero las personas decían: “No, haremos que os despidan. ¿Cuál es tu nombre?”. Y luego los hombres dijeron: “No las culpéis. Pelead con nosotros”.
Y dos pequeños swamis estaban sentados en medio de todo esto. Y en ese ambiente tan sattviko, Giriraj Swami empezó a leer el manuscrito.
Giriraj Swami: Sí, habías llegado a un cierto punto en el manuscrito, y me pediste que lo revisara a partir de ahí, y así lo hice. Y compartí mis pensamientos contigo y te pareció instructivo, o interesante. Cuando aterrizamos, llegó a recogernos tu vehículo, una camioneta. Y cuando hubo un retraso con mi auto de alquiler, dijiste: “Ah, eso está bien. Nos dará más tiempo para trabajar en el libro”. Estuvimos trabajando en tu vehículo, y luego, cuando mi auto estuvo listo quisiste seguir trabajando, así que me quedé en tu camioneta, e incluso cuando llegamos a tu dirección, que era antes que la mía, tú no saliste, y continuamos trabajando todo el camino a mi casa y luego volviste a la tuya.
Radhanath Swami: Así es.
Giriraj Swami: A partir de entonces, cuando no estábamos participando directamente en los programas, prácticamente en cualquier momento que tenías libre, yo iba a verte y trabajábamos en el libro.
Después dijiste que irías a Nueva York y que sería bueno que yo fuera contigo. Fue una decisión difícil para mí, porque había planificado mucho tiempo antes que pasaría unos días en Boston con Su Santidad Niranjana Swami. Pero sentí de ti que era imperativo, así que le presenté la situación a Niranjana Swami, que fue muy bondadoso y dijo: “Sí, Radhanath Swami también me es muy querido. Yo igualmente me considero su sirviente, así que cuando le prestas servicio, yo también soy feliz”.
Y así es que fuimos. En realidad tú partiste antes, por la noche en auto, y yo llegué al día siguiente. Nos quedamos en casa de Yasoda-dulal Prabhu en Nueva Jersey, y continuamos con el libro desde donde lo habíamos dejado. Luego pensaste que deberíamos empezar desde el principio, así que después de que llegamos al final, eso hicimos. Trabajábamos desde la mañana temprano, y cuando tenías que salir para algún programa, te acompañaba y trabajábamos juntos en el auto.
Resultó que coincidía con la visita del Papa, y estaba previsto que hablaras en la ONU. Había un par de programas planificados para ti en Nueva York, y cancelaste uno de ellos para que pudiéramos trabajar en el libro; dijiste que nuestro trabajo era más importante. Luego estuvimos trabajando juntos en el Centro de Bhakti. Pero aún había cierta ansiedad respecto a si podríamos terminar, porque yo tenía que irme al día siguiente y estábamos revisando el manuscrito detenidamente, párrafo por párrafo, frase por frase, palabra por palabra, coma por coma.
Radhanath Swami: Yo ni siquiera sé lo que es una coma. Tú lo hacías.
Giriraj Swami: Fue como un milagro. Realizaste un programa y cancelaste otro. Luego regresaste, y fue como un milagro: efectivamente terminamos todo el libro. Pensé que si teníamos suerte tal vez terminaríamos a la medianoche, pero terminamos alrededor de las 8 p. m.
Realmente sentí que me adentré más profundamente en tu corazón, porque gran parte de tu corazón se manifestó en el libro. Y realmente llegué a apreciar lo compasivo que eres —siempre lo había hecho, pero ahora de una manera más profunda, tal vez más íntima o confidencial—, porque tu compasión se manifestó en cada página, en cada párrafo, cada oración. Ese fue para mí el poderoso efecto de revisar el libro juntos.
Otro fue ver lo personal que eres en la forma en que presentas la filosofía. Toda la filosofía está ahí, pero ilustrada con ejemplos claros con los que incluso un ama de casa de Minnesota puede identificarse. Trabajar juntos fue una experiencia muy útil y enriquecedora para mí, y ruego, y tengo plena esperanza, que el libro será leído ampliamente, por todo tipo de personas, incluso aquellas que no tienen experiencia con el yoga o el conocimiento acerca de Krishna. Eso cumplirá tu deseo de que despierten a esta hermosa vida en la conciencia de Krishna, que puede aliviarlos de muchas miserias en el mundo material.
Y hay muchas narraciones, como “La historia de Dorothy”, que ilustran cómo alguien que ha enfrentado contratiempos, reveses y tragedias en la vida puede encontrar esperanza en la conciencia de Krishna.
También está la historia de una familia pobre en Maharashtra. Eran muy pobres, pero la madre, Tarabai, tenía integridad y un sentido de respeto de sí misma, y no quería recibir algo sin corresponder, pero era tan pobre que realmente no tenía nada que darte. Llevaste a su hijo a nuestro orfanato y escuela, que era una gran cosa. Es una historia muy conmovedora: ella no tenía nada que dar, pero realmente quería dar algo. Finalmente, después de sequías y todo tipo de calamidades, obtuvo una cosecha de cacahuetes, y te dio los cacahuetes como una ofrenda. Existe una expresión, cuando algo se vende por una pequeña cantidad, o si alguien es compensado por algún trabajo con una pequeña cantidad, algo escaso, insignificante o trivial, se dice: “Oh, eso es cacahuetes”. Ella literalmente te dio cacahuetes, y, como Krishna, debido a tu corazón amoroso y compasivo, aceptaste los cacahuetes como si fuera una ofrenda espectacular.
Así que fue realmente una maravillosa experiencia, y estoy deseoso de leer el libro publicado, porque, como se dice, a veces los árboles no dejan ver el bosque. En otras palabras, uno presta tanta atención a los árboles, a los detalles, que no puede obtener una vista general de todo el bosque. Al examinar cada palabra y cada coma, no he tenido un sentido completo de la totalidad. Así que estoy deseoso de leerlo de nuevo, de que pueda volver a deleitarlo, y verlo en su forma final.
Gracias por ocuparme.
Radhanath Swami: Gracias por salvarme. Cuando Giriraj Maharaja puso su gracia devocional mágica y mística en el libro con tanta atención y cariño, sentí por primera vez que Srila Prabhupada lo había bendecido, y estoy eternamente endeudado contigo por haberme ayudado. Gracias.
Giriraj Swami: Gracias por ocuparme y purificarme.
Radhanath Swami: Gracias por ocuparme y purificarme.
Giriraj Swami: ¿Quieres pelear por ello?
Radhanath Swami: ¡No tenemos damas para presumir ante ellas!
¡Muchas gracias Giriraj Swami Maharaja!