Ayer, en Ekadasi, Aditya dasi dejó el cuerpo en Sri Vrindavan dhama, mientras un devoto cercano le cantaba en el oído. Ella era un alma pura que estuvo consagrada al sincero servicio de Srila Prabhupada y a sus Señorías durante los últimos cuarenta y cinco años. Fue nuestra secretaria en Juhu, y después de la partida de Prabhupada prestó un maravilloso servicio en sus habitaciones. Para asistirme con la prédica incluso visitó Pakistán, donde fue muy querida y apreciada por las damas del lugar. Más tarde, cuando no pude entrar a la India debido a problemas de visado, se trasladó a Vrindavan para servir a Prabhupada allí. En los últimos días ella se encontraba enferma y deseaba dejar el cuerpo en Ekadasi, y Prabhupada cumplió su deseo. Sentimos su separación, pero nos consuela saber que ella se ha ido a continuar su servicio a él ya sus Señorías en una mejor situación. Estoy orando por ella, y recuerdo la descripción del Sri Caitanya-caritamrta de la ceremonia fúnebre de Haridasa Thakura: “A continuación, Sri Caitanya Mahaprabhu Se despidió de todos los devotos, y Él mismo, con sentimientos mixtos de felicidad y aflicción, fue a descansar”.
Hare Krishna.
En humilde servicio,
Giriraj Swami