Mi hermano espiritual Bhagavata Asraya Prabhu me contó la siguiente historia, que escuchó de nuestro hermano espiritual Gunarnava Prabhu.

Srila Prabhupada estaba en Bombay, en la que fue una de sus últimas visitas. Aunque el edificio todavía estaba en construcción, a petición suya, sus habitaciones habían sido preparadas apresuradamente y se había mudado allí.

Srila Prabhupada no se encontraba con buena salud, y todo significaba un gran esfuerzo para él, pero aun así estaba dando darshan a algunos devotos y visitas. En un momento dado, un hombre hindú se puso de pie en medio de la habitación y, haciendo una especie de demostración de sí mismo, juntó las manos y rogó: «Swamiji, deme sus bendiciones».

Srila Prabhupada lo miró fijamente con una mirada que duró lo suficiente como para que el hombre y todos en la sala comenzaran a sentirse incómodos. Cuando la situación pareció llegar al punto en que era intolerable, Srila Prabhupada empezó a hablar. Dirigiéndose a todos dijo: «Una organización tan grande, este ISKCON. . . una organización mundial. . . con tantos problemas. Todos estos sobre mi cabeza. Cada día me llegan los problemas. . . tantas cartas de todo el mundo. Todo en mi cabeza».

Se tocó suavemente la cabeza varias veces, diciendo: «No sabes el dolor de cabeza que tengo». Luego le dio otra mirada al hombre y dijo: «Así que si quieres mis bendiciones, toma un poco de mi dolor de cabeza».

Hare Krishna.

Vuestro en el servicio,
Giriraj Swami