Hoy es Rama-ekadasi, la fecha en la que Srila Prabhupada terminó su traducción del Sri Caitanya-Caritamrta. El acontecimiento se describe en el siguiente fragmento de mi próximo libro Te construiré un templo, acerca de Srila Prabhupada y Juhu.
Cada mañana antes de las seis, yo subía las escaleras a las habitaciones de Prabhupada para acompañarlo en su caminata matutina. Pero cuando otro devoto y yo fuimos al día siguiente de Rama-ekadasi, el 11 de noviembre, nos sorprendió encontrar las puertas, tanto de sus habitaciones por un lado, como la de sus asistentes por el otro, con llave. Yo no estaba seguro de qué hacer, pero llamé suavemente a las dos puertas. Al cabo de uno o dos minutos, el secretario de Prabhupada, Harikesa, abrió un poco la puerta de los asistentes y dijo que Prabhupada había pasado la noche en vela y había completado su traducción del Sri Caitanya-caritamrta. Y que al final de su obra había escrito la más bella glorificación a su Guru Maharaja, y se encontraba en una actitud extática y había dicho que debíamos celebrar con un banquete.
En su epílogo, Prabhupada había escrito: «Hoy, domingo 10 de noviembre de 1974, que corresponde al 10 de kartika, del año 488 de la era Caitanya, en el undécimo día de la quincena menguante, Rama-ekadasi, hemos terminado la traducción al inglés del Sri Caitanya-caritamrta de Sri Krsnadasa Kaviraja Gosvami, conforme a la orden autorizada de su Divina Gracia Bhaktisiddhanta Sarasvati Thakura Gosvami Maharaja, mi amado y eterno maestro espiritual, guía y amigo».
Prabhupada relató su primer encuentro con su Guru Maharaja y cómo él le aconsejó «que predicase el culto de Sri Caitanya Mahaprabhu en inglés en Occidente». Al principio se había resistido a sus instrucciones. «Puesto que en esas fechas yo era un nacionalista convencido, un seguidor de Mahatma Gandhi, dije a Su Divina Gracia que, mientras nuestro país no se liberase de la dominación extranjera, nadie escucharía seriamente el mensaje de Sri Caitanya Mahaprabhu. Al final, después de una discusión llena de argumentos, me derrotó y me convenció de que el mensaje de Sri Caitanya Mahaprabhu es la única panacea para los sufrimientos de la humanidad. También me convencí de que el mensaje de Sri Caitanya Mahaprabhu estaba en manos de un devoto muy experto y que, sin duda, el mensaje de Sri Caitanya Mahaprabhu se extendería por todo el mundo. No pude, sin embargo, seguir inmediatamente sus instrucciones para predicar, pero tomé sus palabras muy en serio, y siempre estaba pensando en la manera de cumplir su orden, aunque mi incapacidad era muy grande».
Cuando en 1950 Prabhupada se había retirado de la vida familiar y luego había tomado la orden de sannyasa, finalmente estaba «perfectamente preparado para cumplir la orden de mi maestro espiritual. (…) Por la misericordia de Su Divina Gracia, el 17 de septiembre de 1965 logré llegar a Nueva York. Desde entonces, he traducido muchos libros, entre ellos el Srimad-Bhagavatam, el Bhakti-rasamrta-sindhu, Vida y enseñanzas del Sri Caitanya Mahaprabhu (un resumen ), y muchos otros.
»En ese período, me he sentido obligado a traducir y publicar el Sri Caitanya-caritamrta», el libro favorito de Srila Bhaktisiddhanta. «Pienso que Su Divina Gracia Bhaktisiddhanta Sarasvati Thakura está siempre observando mis actividades y me guía desde el corazón con sus palabras. El Srimad-Bhagavatam afirma: tene brahma hrda ya adi-kavaye. La inspiración espiritual viene desde dentro del corazón, donde Se encuentra, con todos Sus devotos y acompañantes la Suprema Personalidad de Dios, en Su aspecto de Paramatma. (…)
»Mi deseo es que los devotos del Señor Caitanya de todo el mundo disfruten de esta traducción, y me siento contento de expresar mi gratitud a los eruditos occidentales que, complacidos con mi obra, solicitan por adelantado todos los libros que se publiquen en el futuro. Por lo tanto, en esta ocasión pido a mis discípulos, determinados a ayudarme en esta labor, que continúen colaborando plenamente, de manera que los filósofos, los eruditos, los religiosos y la población del mundo entero se beneficie de la lectura de nuestras Escrituras trascendentales».
Hare Krishna.
Vuestro en el servicio,
Giriraj Swami